Desarrollo de un software de estimulación temprana para niños y niñas con síndrome de down entre los seis y díez años de edad a través del diseño e implementación de un tapete electrónico con fichas intercambiables.

La educación dentro del desarrollo de una sociedad ha sido la base del progreso, ya que el conocimiento constructivo compartido de manera adecuada impulsa mentes capaces de comprender, cuestionar y solucionar los problemas que abarcan al mundo actualmente. Tales problemas que se ven reflejados en la calidad de vida de los seres humanos son causados por el mismo hombre que en su afán materialista se olvida del tesoro más valioso, ese que se encuentra dentro de sí mismo y que crece en la misma medida que lo alimentamos, el conocimiento. Ese conocimiento que alimenta nuestra humanidad y cambia el rumbo de las mentes, de un fin oscuro, materialista y frio, hacia un rumbo de valores, construcción de humanidad y porque no decirlo, de felicidad. Siendo así, la única solución, alimentar de conocimiento las mentes del mundo entero, se puede pensar en la idea de crear un plan que permita ejercer este proceso desde el inicio de la vida, ¿por qué no pensar en los más pequeños como el inicio de la transformación del mundo? Y que tal, si se amplía la idea, yendo más allá de lo regular, pensando en las diversas circunstancias de la humanidad y las diferencias que hacen única a cada persona del planeta, como por ejemplo, las condiciones con que cada ser humano nace. Es de aclarar que al referir la palabra condiciones con respecto al ser humano, se dice a manera de involucrar la expresión de “persona en condición discapacidad”, es decir, que ya sea, en su aspecto, salud, independencia física o locución social, presentan una condición que sale de lo regular. Situación que puede expresarse entendiendo que toda persona posee habilidades y capacidades dignas de explorar, formando parte de una misma familia, compartiendo el mismo hogar, el planeta tierra, así que en un intento de fomentar gestos de igualdad, inclusión y de amor, se podría concluir que la única discapacidad que existe es el pensar que las diferencias, el aislamiento o la lastima por las personas en condición de discapacidad de algo pueden servir. Limites no hay, pero sí, mucho por hacer. Porque todos tienen el mismo derecho a soñar, a luchar y a volver sus metas realidad. Este proyecto intenta generar sentimientos de inclusión con respeto y con amor. Donde cada uno note con valentía sus propios límites y sea capaz de reconocer las habilidades que posee para que conozca de lo que es competente. Porque no existe discapacidad capaz de excluirnos del mundo o que nos impida disfrutar la vida y alcanzar la felicidad. Partiendo de esta base y sabiendo que son muchas las condiciones que pueden etiquetar a una persona con condición de discapacidad, se produce la idea de llegar a los niños y niñas con Síndrome de Down en su primera infancia, específicamente desde los seis hasta los diez años de edad con el fin ofrecer una estimulación temprana que desarrolle en ellos habilidades y capacidades propias para enfrentar su nueva misión. Aunque, el Síndrome de Down no es considerado una enfermedad o discapacidad, diferentes condiciones de salud y el desarrollo físico y cognitivo que se produce en las personas con este síndrome, si pueden generar condición de discapacidad. Estos programas de estimulación encaminan la mente de los niños hacia la búsqueda del conocimiento, los llenan de intriga y del ansia de querer hacer un poco más, ya que se pretende ofrecer este tipo de enseñanza en un medio tecnológico e informático, mezclando así dos oleadas de conocimiento muy grandes, la educación y la informática junto con el toque del juego infantil, para así generar un tsunami de aprendizaje a estos pequeños prestos para adquirirlo y disfrutarlo. Será así, que el conocimiento, la tecnología informática y los juegos de niños se convertirán en el arma para combatir los problemas de ignorancia en las personas del futuro, permitiendo construir sociedades pensantes, sintientes encaminadas a mejorar nuestra calidad de vida.