dc.description.abstract | El concepto y la delimitación de una “región” son y seguirán siendo objeto de debate
a lo largo de la historia de la civilización, debido a su posibilidad de interpretación
multifacética, esta definición se complica aún más cuando nos referimos a un país tan diverso
como Colombia.
En cuanto a las diversas perspectivas que lo rodean, estas pueden agruparse siguiendo
tres enfoques principales: la “visión patrimonialista”, haciendo referencia a los “principios
identificatorios propios” lo que significa un identificador de la región guiada según sus
culturas, etnias o distintivos con los cuales se identifica la población. El concepto de región
desde una “mirada proyectiva” deja a un lado las construcciones identitarias puesto que se
asumen desde una vista externa, y se procede a identificar el territorio según los proyectos
planteados para el desarrollo del mismo, entendiendo la región como un recurso que
compone la condición operativa del territorio; y la “identidad vivida”, en donde la definición
de la región gira alrededor de aquellos lugares físicos o espacios sociales frecuentador por
un individuo o grupo de individuos al cual se le asocian valores psicológicos que crean lazos
inmateriales entre los hombres y los lugares (González & Mauricio, 2003).
De acuerdo con lo anterior, y a modo de conclusión, la región se puede entender
como una construcción que se hace en torno a la comprensión o identificación de un patrón
o parámetro de conducta de una variable de interés la cual se torna homogénea para el
conjunto de elementos que la definen (Ramírez, 2006).
Al realizar un breve análisis holístico de la historia de la humanidad, se nota la
importancia que tuvo la conformación un tanto empírica de las primeras civilizaciones, en
donde no contaban con un plan de ordenamiento territorial preestablecido ni delimitaciones
administrativas para los territorios, estas civilizaciones, en cambio, surgían de manera
orgánica a partir de los primeros asentamientos humanos, dados justamente en las orillas de
los ríos Tigris y Éufrates, estos asentamientos se formaban alrededor de los ríos permitiendo
facilidades para la supervivencia y aportando las condiciones básicas necesarias para
establecerse, además, los ríos se percibían como la fuente principal de abastecimiento, esto
resalta la importancia crucial del agua a través de la historia, no solo para la supervivencia
mediante la agricultura y la ganadería, sino también el aporte de los mismos para la evolución
de las estructuras de poder y la política a lo largo de los siglos. | es |